Los Riles, o Residuos Industriales Líquidos, representan una preocupación ambiental significativa para cualquier industria, en particular para el sector pesquero en la comuna de Coquimbo, donde un grupo de empresas busca operar de manera sustentable y sostenible, implementando tecnología y robusteciendo sus plantas de tratamiento para cumplir con la normativa que permite las descargas en el alcantarillado.
La gestión efectiva de estos residuos se vuelve indispensable. Un servicio clave en este ámbito es el diseño, construcción, montaje y operación técnica de plantas de tratamiento de RILes. Antes de implementar cualquier proceso de tratamiento, resulta vital llevar a cabo un estudio previo de cada tipo de agua residual industrial. Este análisis detallado permite determinar el proceso más adecuado y evaluar la viabilidad de reutilizar el agua tratada.
La gestión de los Residuos Industriales Líquidos (Riles) representa un pilar fundamental para la sostenibilidad industrial pesquera en la comuna de Coquimbo. La adopción de tecnologías avanzadas y el compromiso con la reutilización y valorización de la materia orgánica no solo cumplen con las exigencias normativas, sino que marcan el camino hacia un futuro donde la actividad pesquera industrial coexista de manera armoniosa con el medio ambiente.
“El caso del tratamiento de Riles en el procesamiento productos como crustáceos y jibias es un claro ejemplo de cómo la innovación y el diseño eficiente pueden transformar un desafío ambiental en una oportunidad para la responsabilidad y la eficiencia, no sólo en infraestructura, sino también en personal especializado, con una inversión que sobrepasa los $650 millones en el último tiempo”, señaló Osciel Velásquez, presidente de la Asociación de Industriales Pesqueros del Puerto.
Y así es como las empresas Pacific SeaFood, Rymar, Distrimar, Se Star, Antártic y Crustanic vienen invirtiendo y trabajando fuertemente en el tratamiento del agua residual de sus procesos en etapas: como la acumulación en estanques, separación inicial de sólidos, electrofloculación para descomponer el agua y separar más sólidos, y decantación final. El sistema prioriza el uso de la gravedad para optimizar el consumo de energía y el agua de retrolavado se recircula al inicio del proceso.
“Seguiremos trabajando en esta misma senda, porque queremos posicionarnos como una industria que es responsable medioambientalmente, por ello invitamos a que más empresas de nuestro rubro se vayan incorporando a este trabajo en conjunto con la mesa técnica coordinada por la delegación presidencial, para lograr mejoras sustanciales en sostenibilidad, innovación y desarrollo local, en armonía con nuestro entorno”, culminó Velásquez.