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Factores ambientales, psicosociales y genéticos inciden en la obesidad y sobrepeso infantil

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Los principales factores que influyen en el desarrollo de la obesidad son el ambiental, el contexto psico-social y aquellos de tipo genético, según explicó Alexandra Willekela, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de La Serena, quien es especialista en salud infantil ambulatoria. Esto a propósito de los resultados del Mapa Nutricional dado a conocer hace algunos días por la JUNAEB, que arrojó indicadores preocupantes entre los escolares, sobre todo de quinto básico.

“Se debe considerar que hoy en día los principales alimentos que ingieren los niños son procesados y ricos en calorías, grasas y azúcares refinados, junto a ello, el mayor acceso a equipos tecnológicos ha traído como consecuencia la disminución de actividad física. El entorno en el que viven los niños, muchas veces no es el más adecuado o seguro para que puedan realizar actividades físicas en un lugar seguro, obligándolos a mantenerse encerrados en sus hogares”, planteó la académica.

Los estudiantes de 5° básico registraron niveles de malnutrición en exceso, con una prevalencia de 62,5%, es decir, tres de cada cinco escolares presentan sobrepeso: “A esa edad, las y los estudiantes se encuentran en la etapa de la adolescencia inicial que se caracteriza por presentar una variedad de cambios, tanto físicos como psicosociales. La adolescencia inicia con la pubertad, durante esta etapa se produce un estirón puberal que puede ocasionar un aumento del peso de un 50% aproximadamente especialmente en las mujeres, además, se inicia el desarrollo puberal que va asociado a cambios a nivel hormonal”.

En tal sentido agregó que “en los aspectos psico-sociales, se caracterizan por buscar mayor independencia, ser validados por sus pares, lo que muchas veces puede ocasionar que los escolares busquen la aprobación mediante conductas de riesgo. Como por ejemplo que un adolescente lleve una botella de agua de colación, un huevo cocido y que sus compañeros lo molesten por llevar ese tipo de comida y no un paquete de galletas con un jugo. Y, finalmente ese escolar cambia su colación para que sus compañeros no se burlen”.

En cuanto a recomendaciones para el cuidado en la nutrición de niñas y niños, la experta en salud infantil ambulatoria indicó que “se debe tener claridad que la obesidad es una enfermedad crónica multifactorial en el cual se debe intervenir desde diferentes ámbitos, ya sea a nivel individual, familiar, escolar en el cual se encuentran insertos. Desde muy pequeños debemos aprender sobre la importancia y la responsabilidad que cada uno tenemos como persona de cuidarnos a nosotros mismos con hábitos de vida saludables. Para ello se requiere que cada persona adulta adquiera estos hábitos, como por ejemplo a un niño de 8 meses se le comienza a dar agua en sus comidas, y no jugos procesados y azucarados. De esta forma aprenderá a tomar agua y no será necesario darle otro tipo de líquido en las comidas. Cuando crezca tendrá el hábito de tomar agua en las comidas y no bebidas”.

La académica finalizó insistiendo en que “si se quiere disminuir la tasa de obesidad infantil en Chile, se requiere de un cambio tanto a nivel de las personas, familia y las diferentes instituciones que se relacionan con los niños y niñas”.