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El recuerdo de pareja y amigos de Montserrat, quien murió batallando contra dura enfermedad

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Cientos de personas llegaron hasta el funeral de una joven que dejó huella y que luchó hasta el final contra una dolorosa enfermedad. Su compañero, Halid, y quienes la conocieron en su faceta profesional sólo tuvieron palabras de agradecimiento para una mujer que dejó de existir tempranamente, a los 35 años.

Cientos de personas llegaron este martes hasta la Iglesia Santo Domingo, en pleno centro de La Serena, para despedir a Montserrat Fariña Núñez, joven kinesióloga que perdió la vida a la edad de 35 años, tras una dura batalla contra el cáncer.

Familiares, amigos, compañeros de trabajo y colegas quisieron acompañar a una profesional que, según señalaron, disfrutó de la vida con todos sus altos y bajos que se le presentaron, dejando en todos gratos recuerdos  y admiración.

Un amor sin límites

Su compañero por los últimos ocho años, Halid Daud, vivió una historia que siempre permanecerá. Pese a la dolorosa partida de Montserrat, conversó con El Día sobre lo que significó compartir con ella y formar una familia.

“Fueron años de mucha felicidad. Lo cierto es que nuestras familias se conocían años antes, porque nuestros padres habían viajado a Siria juntos, cuando éramos niños, y no lo sabíamos, porque somos de familia con orígenes sirios. Mucho tiempo después ella me agregó a Facebook y ahí comenzamos a conversar. Ella me apoyaba mucho, porque en ese tiempo yo estaba en mi período de titulación de Ingeniería Agrónoma, y ella ya era kinesióloga. Era el año 2014, y recién después de seis meses de conversar a distancia nos juntamos y fuimos al cine. Luego conversamos largas horas sin pausa y de ahí no nos separamos nunca más. Le pedí matrimonio arriba de un avión y luego el fruto de este amor fue nuestra hija Layla, que hoy tiene 5 años”, recordó.

Halid puso en alto la vocación social de Montserrat. “Ella trabajó en el Cesfam del sector de San Juan en Coquimbo. Si bien luego se instaló con un centro particular, siempre tuvo un corazón de oro”, dijo.

Lamentablemente, ya acaecida la pandemia, el cáncer llegó a poner la mayor prueba para la vida de Montserrat, como nos cuenta su compañero.

“El 2019 se hizo el examen que entregó el resultado. La verdad es que se trató de un cáncer muy agresivo. Ella luchó mucho para poder sanarse, por mí y por mi hija, fue valiente pese a todo el dolor. Finalmente, permaneció varios meses internada en Santiago, logrando una sobrevida mayor, siempre con la esperanza de que se pudiera sanar. Ella siempre fue optimista y luchadora, y ese es el legado que principalmente me queda para seguir adelante con la vida y con mi hija”, subrayó Daud como gran enseñanza.

Una amistad profunda

Victoria Segovia, con quien estudió kinesiología en la UCN, la conoció muy de cerca. Victoria ingresó un año después que Montserrat, pero formaron una férrea amistad.

“En total fuimos cuatro compañeras quienes formamos un grupo en ese tiempo. Pero no sólo fue un equipo dedicado a los estudios, porque fue muy importante en esa etapa de nuestras vidas. La verdad es que ella luchó mucho, porque quería seguir acá, principalmente para su hija. En mi relación con ella, siempre estuvimos la una para la otra cuando nos necesitábamos. Por eso es que esta situación jamás la imaginamos, siempre creímos que se iba a recuperar”, indicó.

Calidad humana

El jefe de la carrera de Kinesiología de la UCN, Alejandro Jorratt, recordó su especial personalidad y parte de sus logros. Pese a ello, sostiene que su calidad humana se mantuvo siempre inalterable.

“Ella formó parte de las primeras alumnas que llegaron a la carrera de Kinesiología el año 2005. Se trataba de una persona muy noble, cariñosa, de gran calidad humana. Ella luego realizó un Magister de Salud Pública con nosotros, para luego pasar a ser colega nuestra y tutora de internados, incluso algunos rurales”.

Además, Jorratt destacó que se especializó en rehabilitación pelviana. “Se desempeñó en esa instancia por muchos años. Yo pertenezco a la Universidad del Adulto Mayor y ella nos ayudaba en este tema que afecta mucho a  este grupo de la población. La verdad, es que pese a venir de una situación social acomodada, Montserrat no tenía ese distingo. Era una persona que iluminaba y así la vamos a recordar”, finalizó.

Posterior a la ceremonia religiosa, los restos de la querida profesional fueron trasladados hasta el Cementerio Parque del Recuerdo donde se realizaron sus funerales.