El pasado 29 de noviembre la doctora Celia Moreno asumió como directora del Servicio de Salud Coquimbo, tras el inesperado fallecimiento de Edgardo González Miranda, cuyo nombre llevará el Centro de Diagnóstico y Tratamiento.
Con más de 30 años de trayectoria, es médica cirujana de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especialista en el tratamiento de pacientes quemados. Comenzó su carrera en el Hospital Roberto del Río en Santiago y en Coaniquem. En 1993 empezó a trabajar como cirujana en el Hospital de La Serena, donde posteriormente, se desempeñó como subdirectora médica durante cuatro años.
Entre 2018 y 2019, asumió el desafío de la Subdirección de Gestión Asistencial del Servicio de Salud Coquimbo, y en 2020, tras haber ganado el concurso de Alta Dirección Pública, tomó la conducción del Hospital de La Serena durante casi dos años. En la actualidad, asume este reto en circunstancias muy especiales, no sólo por el momento en el que asumió esta responsabilidad, sino porque la variante Ómicron ha planteado desafíos para los distintos equipos y recursos que ha debido administrar.
-¿Cómo han sido estos meses en este cargo de responsabilidad?
“La verdad es que ha sido bastante intenso, no es fácil pasar de conducir un hospital a estar a cargo de toda la red en la Región de Coquimbo. Por lo tanto, son más responsabilidades porque se trata de un campo de acción mucho más amplio y complejo”.
-¿Cuál es la realidad en materia presupuestaria del Servicio de Salud durante 2022 respecto del año pasado?
“Hay que considerar que llevamos dos años de pandemia, y eso ha significado un trabajo y un despliegue muy duro para todo nuestro personal de salud, porque en muchos casos han tenido que ir postergando las vacaciones, dado el requerimiento a nivel hospitalario para poder atender a todos los pacientes, sobre todo en cuidados intensivos. Por lo tanto, en diciembre cuando se produjo una baja de casos tratamos de que la gente pudiera tomar esas vacaciones para que descansara en el marco de dos años que han sido muy arduos. Y justo, inmediatamente después, aparece esta nueva cepa que es la variante Ómicron, que nos ha tenido con un número elevado de pacientes contagiados, lo que ha complejizado las condiciones de atención, por lo que nuevamente han tenido que posponerse los tiempos de descanso”.
-Teniendo en cuenta que mucho personal Covid no fue renovado a fines de 2021, ¿se está evaluando la posibilidad de contar con más equipo humano para enfrentar esta etapa de la pandemia?
“Durante el año 2021 a nosotros se nos dio la indicación de hacer contratos de funcionarios Covid, pero con fecha de término. En la actualidad, mantenemos 780 funcionarios trabajando en el marco de esta contingencia. Si bien nosotros teníamos la indicación de dejar en cero este número, dadas las circunstancias mantenemos el número de personal que le mencioné anteriormente, trabajando en la red. A ellos se suman trabajadores que han sido contratados para suplir las ausencias, las licencias y las vacaciones. Por lo tanto, considero que hemos seguido reforzando la red de salud y no al contrario. Nuestra preocupación principal es poder dar buena cobertura a nuestros pacientes en la situación que actualmente vivimos, aunque eso ha significado un gran esfuerzo”.
-¿Podría, efectivamente, llegar a considerarse a Ómicron como endémica, para que así se mantenga y luego se pueda ir dando término a la pandemia?
“Ojalá fuera así, pero lamentablemente con Ómicron es difícil hacer predicciones. Lo que sí hemos podido observar es que la velocidad de contagio es mayor a la que habíamos observado con las otras cepas, por eso es que tenemos un mayor número de contagiados, aunque son menos los que requieren tratamiento en cuidados intensivos. Sin embargo, es efectivo que ha habido una mayor demanda en la atención primaria y en los servicios de urgencia, además de considerar que muchos pacientes continúan con atención domiciliaria, pero no así en UCI. Entonces, en este minuto tenemos camas disponibles, cosa que no se dio durante la variante anterior. En la actualidad, tenemos 9 camas UCI Y 14 UTI disponibles, por eso no estamos preocupados de la reconversión, sino de tener camas medias o básicas en los hospitales, porque eso es lo que están requiriendo las personas, ya que los pacientes se recuperan dentro de una semana y muchos ingresan asintomáticos, por lo tanto estamos hablando de una variante distinta”.
Trazabilidad y testeo
Uno de los aspectos más discutidos durante el último tiempo ha sido la alta demanda para realizar los tests PCR, proceso que se ha complejizado, a lo que se suma un cambio de eje en la estrategia para abordar la emergencia sanitaria en términos de comunicación de riesgo, debido principalmente a la masividad. Sin embargo, la doctora Celia Moreno ha sido enfática en que las condiciones de la pandemia han ido cambiando.
-Ha habido mucho interés de la comunidad por realizarse test PCR. En tanto, se ha planteado una manera distinta de abordar la trazabilidad en este ciclo, ¿ cómo se abordan ambos fenómenos?
“Con respecto a la trazabilidad, habitualmente era realizada por la Seremi de Salud. Consistía en un llamado al paciente que resultaba positivo, pero en el caso actual hay que comprender que como son muchas más las personas que se contagian, resulta imposible mantener ese proceso. Por lo tanto, se cambió la estrategia y así es como a quien resulta positivo se le solicita ponga en aviso a sus contactos estrechos, para que se realicen un test de antígenos, que permite conocer el resultado en 20 minutos. Es cierto que muchas personas quieren saber si son negativos o positivos para determinar si pueden seguir llevando adelante una vida normal, por eso hay tanta demanda. Lo cierto es que se está reforzando en forma permanente con recursos económicos y a los equipos de atención primaria de salud para seguir haciendo trazabilidad. En este minuto, el Ministerio de Salud nos ha pedido que hagamos más énfasis en el testeo de antígenos, lo que se ha pedido se le realice tanto a los pacientes sintomáticos como asintomáticos”.
-¿Cómo se han manejado las estrategias de comunicación de crisis para incentivar la vacunación con la dosis de refuerzo?
“Lo cierto es que si uno se fija en las cifras que tienen otros países y tomamos en cuenta experiencias de vacunación exitosas, pese a lo alto que puedan ser los contagios, la llegada de pacientes a UCI ha sido muy baja. En Chile, debido a que muchos cuentan con dos o tres dosis, incluso una cuarta, son pocos los pacientes que llegan a cuidados intensivos en la actualidad, porque la mayor parte de los enfermos tiene este cuadro leve. En cambio, en los países donde la vacunación es más deficiente, es mayor el número de pacientes complejos que han tenido problemas y así también es más compleja la capacidad de dar cobertura a todos los enfermos. Por lo tanto, es importante que la gente entienda y coopere en ese sentido y se vacune, porque quien está inoculado va a evolucionar siempre mejor”.
-Hoy la región cuenta solo con una residencia sanitaria, ¿es una estrategia que se ha descartado o podría volver a reforzarse?
“La verdad es que todo lo que tiene que ver con residencias sanitarias depende de la Seremía de Salud. Lo que hemos implementado nosotros es la hospitalización domiciliaria para nuestros pacientes, porque como los casos con Ómicron son más leves es mayor el número de pacientes que pueden estar en sus viviendas, que son más de 50 en la actualidad. Esa es nuestra estrategia”.
-Tras la experiencia de la pandemia y las distintas estrategias implementadas durante este período, ¿cuál es el camino que en el mediano y largo plazo debiera predominar?
“Lo cierto es que ya se está observando en otros países, como es el caso de Estados Unidos o Inglaterra, que existen variaciones en Ómicron, que son incluso más contagiosas que la que tenemos actualmente en Chile. Por lo tanto, la virulencia del germen es menor, pero igual son muchas las personas que se van a contagiar. Creo que nuestro país lo ha hecho bastante bien, teniendo un alto porcentaje de la población vacunada y eso nos ha protegido. Yo creo que hay que seguir en la misma senda y vamos a tener que preocuparnos de cómo seguir avanzando ante las nuevas variantes, tomando medidas, porque Ómicron no es tan fácil de predecir como Delta. Pese a aquello, hemos podido abordar esta problemática a nivel hospitalario y desde la perspectiva del cuidado de los enfermos sin tener que lamentar un aumento de los fallecidos, pero creo que la clave es seguir insistiendo en pedirle a la gente que se cuide, que mantenga las medidas de autocuidado, que evite las aglomeraciones, que conserve la distancia física, el lavado de manos y se mantengan todas las precauciones que hemos abordado durante los últimos dos años”.